Probablemente no existían gorriones comunes en España
antes de la llegada del hombre del Neolítico.
Sólo a fines del verano se desliga este gorrión de
las edificaciones, desplazándose a los campos cultivados para
alimentarse de grano. En estas ocasiones puede vérsele, en el sur de
España, mezclado en bandos con el Gorrión Moruno, compartiendo ambos los
dormideros, generalmente en árboles y cañaverales retirados de lugares
habitados.
El elemento importante de su galanteo es el «corro de
gorriones», que normalmente comienza sólo con un macho que corteja a una
hembra saludándola con las alas caídas, cola levantada y cabeza echada
ligeramente hacia atrás. Si se acerca demasiado, la hembra puede
picotearle. En este momento aparecen otros machos chillando hasta que la
hembra se echa a volar.
Identificación:
Partes superiores pardas, rayadas de negro; píleo
y obispillo
grises, hombros pardo-rojizos y babero negro; barra alar blanca; menos
esbelto que el Gorrión Molinero; hembra parda con el dorso rayado.
Nidificación:
Ambos sexos construyen nido descuidado, de hierba seca, en agujero de
edificio o árbol, a veces en seto espeso, siendo entonces cerrado; pone,
de abril a agosto, de 3 a 5 huevos blancos con pintas grises y pardas;
incubación, especialmente por la hembra, de 12 a 14 días; los pollos,
alimentados por ambos padres, vuelan hacia los 15 días; hasta tres
crías.
Alimentación
Granos u otras semillas; insectos y sus larvas; en áreas urbanas, casi
únicamente desperdicios.
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