El topo, nombre común de cualquiera de ciertas especies de mamíferos distribuidos por Europa, Asia y Norteamérica. Son animales pequeños, con el cuerpo cubierto de un pelaje denso y aterciopelado; el hocico es apuntado, los ojos son muy rudimentarios y las extremidades son cortas. En todas las especies las patas anteriores y las manos están especializadas para excavar. Son animales que pasan su vida debajo del suelo y, los que no son subterráneos tienen costumbres minadoras. Son muy voraces; se alimentan sobre todo de lombrices de tierra y larvas de insectos. Los topos viven en madrigueras excavadas por ellos mismos; consisten en un sistema de túneles con muchas cámaras y algunas especies expulsan a la superficie la tierra excavada durante su construcción formando unas elevaciones superficiales muy características, las toperas.
ALIMENTACIÓN
El topo es insectívoro, aunque su alimento básico son las lombrices,
que puede constituir entre el 90 y el 100 % en invierno, porcentaje que
baja en torno al 50 % en verano (Castells y Mayo, 1993), completando su
dieta con pequeños reptiles y pequeños roedores, a lo que también añade
raíces y tubérculos, así como frutos.
El topo tiene un metabolismo muy alto, que le obliga a consumir
diariamente una cantidad equivalente al 50 ó 100 % de su peso. Para
darnos idea de este dato y si pensamos en un hombre de unos 80 kilos
supondría que diariamente precisaría comer entre 40 y 80 Kgs. de
alimento al día. Si está más de 24 horas sin comer el topo muere, tiempo
que rebajan algunos autores a las 10 ó 12 horas.
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