viernes, 29 de junio de 2012

¡¡¡SALAMANDRA!!!




La salamandra es un animal cuya longitud oscila entre los 12 y los 30 centímetros, pero lo más común es que no superen los 20. Su cuerpo es alargado y su cola, de base ancha, va disminuyendo el grosor a medida que nos acercamos a la punta. Sus miembros, tanto superiores como inferiores, son cortos y gruesos, además de proporcionados. La cabeza es casi tan ancha como larga, es algo aplanada y normalmente con el morro redondeado, pudiendo algunos ejemplares tenerlo algo puntiagudo y es que, sólo en España, existen cinco subespecies de salamandra común. 
Respecto a la piel de la salamandra, de color negro, debemos destacar su brillo y lisura y también sus manchas, de carácter irregular y de tonalidad amarilla. Dependiendo de la zona geográfica podemos encontrar distintos colores en lo que concierne a estas manchas, e incluso en su forma, pudiendo presentarse también a modo de franjas. Podremos diferenciar una salamandra macho de una hembra porque el cuerpo del macho es más estilizado que el de la hembra, es decir, más delgado y también más recortado.
Para defenderse de sus cazadores, disponen de un mecanismo de defensa basado en unas glándulas repartidas por su cuerpo que segregan un líquido denso y blancuzco que provoca serias irritaciones en lugares delicados como la boca, nariz, ojos, etc.

                                       Hábitat

Un hábitat es el ambiente nocturno, principalmente forestal, en las riberas o en las laderas poco luminosas pero cercanas al agua o a lugares húmedos como huertas, pinares, con abundancia de líquenes con los que cubrir su suelo, etc. Es decir, siempre huyen de los lugares secos, prados y de zonas con sequía. Por el día, las salamandras permanecen ocultas entre las rocas o pequeñas cuevas naturales, resguardándose del abrasador sol. Su adaptabilidad supera los 1.800 metros por encima del nivel de mar pero su existencia está amenazada por la tala de bosques y por los incendios.

                                      Distribución

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                                        Curiosidades

Antiguamente, existía la creencia de que este pequeño reptil, semejante al tritón, podía estar rodeado de fuego sin que éste llegara a hacerle el más mínimo daño, sin quemarle en absoluto. El paralelismo bíblico con la zarza inconsumible que se presentó ante Moisés convirtió a la salamandra en un símbolo de la fe. Al margen de la leyenda, se trata de uno de los anfibios con cola o uroleos más apreciados y llamativos, tanto por los colores de su piel como por su aspecto. Tanto es así que hoy en día no es demasiado raro encontrar este animal como mascota en muchos hogares, especialmente en países asiáticos como Japón.

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